Entre muchas
otras cosas, me gusta escribir. Aún así, a pesar del tiempo que llevo
haciéndolo y el tener alguna que otra historia escrita en papel, no me
considero, ni mucho menos, escritora. Incluso en ocasiones me planteo el
hacerlo bien, el escribir algo que merezca la pena que alguien pierda el tiempo
leyendo.
A pesar de
todo eso, de las dudas, de las idas y venidas, escribo de una forma que no
muchos conocen, o incluso entienden: Los juegos de rol.
Puedo
imaginar lo que aparece en la mente de muchas personas al escuchar esas
palabras: Friki. Bicho raro. Solitaria.
Son muchas
las historias y leyendas que abundan sobre este tema. Y no es para menos.
Aunque no me
refiero exactamente a esa clase de juegos de rol de tablero con sus personajes
y sus reglas, o incluso a ese rol en vivo y directo que empieza a coger
protagonismo en algunas ciudades. Solo he vivido una partida así en mi vida, y
aun desconozco la sensación e impresión que dejo en mí.
Me refiero a
otro tipo de rol, aquel escrito.
Yo lo conocí
hace más de diez años, por foro. Recuerdo exactamente de qué se trataba, de una
serie (o telenovela, depende de cómo lo quieras mirar) infantil llamada Rebelde
Way (si, mi obsesión por series antiguas y quizá malas viene de largo). Los
personajes eran movidos por historias fantásticas, escenas de la vida real o
todo aquello que cruzara la mente de la persona que lo manipulaba.
En la mía,
ciertamente, aparecieron nuevas historias que a día de hoy aun me acompañan.
Pero sigamos
con la evolución.
Tras el foro,
y ya con algo más de experiencia, llego a mi vida el mundo de Fotolog. ¿Quién
no ha tenido un fotolog? Fue todo un boom de la época. Y allí, ya se alojaba
una gran comunidad de rol.
Este
consistía en adoptar otra personalidad, fingir tener otro rostro, otra historia
y otra vida. Únicamente escribías algo parecido a un diario inventando
emociones.
Antes de los
dieciséis, allá donde aquellos se habían vuelto divertidos juegos, creamos un
nuevo mundo. Y no miento si digo que participe en una gran creación, en una
nueva comunidad de rol. RolerSeries, como se llamaba, formó una gran parte de
mi adolescencia. Ya no nos servía a jugar a ser princesas. Inventábamos
historias.
Conocí a
personas que a día de hoy siguen siendo grandes e importantes en mi vida.
Pero, sin
duda, lo más importante que ocurrió es que aquello dio alas a mi imaginación.
Quizá hubo
momentos de desconexión, momentos en que el rol no estuvo presente en estos
últimos años. El tiempo era poco, y las ganas de escribir, aun menos.
Pero los viejos
sueños no mueren ni las heridas desaparecen y personajes con historias que me
atrapan aparecen n mi vida intentando cobrar su papel.
Sí, he
vuelto a ese mundo, a dar vida a personajes, a manejar sus emociones. Es
divertido. Pero, como todo, solo es necesario saber marcar los límites, ninguna
obsesión es buena. No deja de ser un juego (como a quien le gusta el parchís) y
darse cuenta, como en los libros, que nada de lo que ocurre es real.
Esto es un intento
de romper un mito. Trabajo, estudio, tengo pareja, obligaciones, no voy por la
calle disfrazada ni me volveré loca y cogeré un cuchillo (aun, nunca se sabe)
Tengo amigos
que hacen rol en vivo y no los distinguirías por las calles. Aun así, cuando descubres
sus aficiones, los catalogas.
Nadie es más
raro que otra persona por sus gustos. Nadie, es diferente. Solo tomamos caminos
distintos.
· Chica
Imperfecta ·
Pues sí. Al final, la palabra friki se ha generalizado...porque todos somos un poco freaks. Y el que no lo reconozca...es que no querrá admitir(se)lo.
ResponderEliminarBESOS!
Todos tenemos nuestro punto freaky, lo que no todos lo tenemos en lo mismo. Yo por ejemplo lo soy y en muchas cosas XDDDD
ResponderEliminarUn miauuuuuuubesito bien grande guapísima!!!
Yo creo quw todo el mundo tiene su punto friki, en mayor o menor medida, saludos!
ResponderEliminarTodos tenemos ese punto freaky y creo que es bueno, de vez en cuando sacarlo!!besos
ResponderEliminar