Soy incapaz
de medir el tiempo. Cuando actualice la semana pasada me dije, tengo una semana
para preparar otra actualización. Use recordatorios cada dos días en la agenda,
para recordarme que debería de al menos pensar, editar fotos, o saber sobre que
escribir.
Ayer tenía
bien grande en la agenda ‘Escribir entrada blog’, pero al sentarme en el
ordenador, no tenía la menor idea sobre
que escribir. Había pasado una semana, siete días, y se me había esfumado el
tiempo como por arte de magia.
Eso me ocurre
mucho.
Sobre todo,
en estas fechas.
¿Por qué las
Navidades nos hace vivir tan rápido? Tengo el triple de trabajo que en fechas
normales, tengo las obligaciones de los peques (que no son mis hijos, pero
cuido y paso tiempo con ellos), tengo la asociación (con su correspondiente
recogida de juguetes por estas fechas y todos los actos que implica la navidad)
y tengo que sacar tiempo, además, para estudiar, seguir aprendiendo cosas
nuevas y poder ponerlas en práctica.
Creo que las
personas nos volvemos locas en Navidad.
Y es
entendible. Muy. La mayoría de mis días tengo los nervios a flor de piel, vivo contrarreloj,
cada minuto que no estoy haciendo algo es un minuto perdido. No soy persona que
me guste ver la televisión (salvo que alguna escena me atraiga cuando esta
prendida durante las comidas o las cenas). Prefiero ver una serie o una película
en el ordenador, lo que es de ayuda porque puedo hacer otra cosa a la vez. No
recuerdo cuando vi una película sentada en un sillón, teniendo en las manos únicamente
palomitas. O quizá si, las Navidades pasadas, en la Nochebuena después de la
cena.
¿Soy la
única que desea tener un giratiempos de Hermione para aprovechar el tiempo
doblemente?